¿Sabes qué pasa por la mente de un niño o niña con TDAH? 

 

Tengo todas estas cosas en la cabeza, al mismo tiempo en que estoy haciendo otras cosas y no sé cómo parar o ir más lento”

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en México se estima que hay aproximadamente 33 millones de niños y adolescentes, de los cuales 1.5 millones podrían ser diagnosticados con TDAH.

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes de la niñez.

Suele diagnosticarse durante la infancia y algunas de sus características permanecen incluso hasta la adultez. 

Los niños y niñas con TDAH presentan alteraciones en el aprendizaje, la conducta, sus emociones y sus habilidades sociales. Pero se caracteriza por dificultades para prestar atención y controlar impulsos. 

Conductas más comunes:

1. Fantasear mucho.

2. Olvidar o perder las cosas con mucha frecuencia.

3. Retorcerse o moverse nerviosamente.

4. Hablar mucho.

5. Cometer errores por descuido o correr riesgos innecesarios.

6. Dificultad para resistir la tentación.

7. Dificultad para respetar turnos.

8. Dificultad para llevarse bien con otros.

9. Olvida realizar actividades, incluso si son cotidianas.

10. Actitud demandante, explosiva e irritable.

11. Dificultad para concluir lo que inicia.

12. Dificultad
para identificar detalles.

13. Parece no escuchar, incluso cuando se le habla directamente.

14. Se distrae fácilmente.

15Actúan sin pensar en las consecuencias.

Conoce sus fortalezas:

  • Creatividad: El ser tan propensos a distraerse con facilidad, les permite también ser grandes generadores de nuevas ideas y ver diferentes caminos para resolver un mismo problema.
  • Alta energía: Si su energía logra enfocarse en proyectos que le interesen, se atreverá a aventurarse y proponerse retos con entusiasmo.
  • Hiperfoco: Se activa en actividades fascinantes y les permite desarrollar talentos y ser grandes investigadores.
  •  Emprendimiento: El tomar riesgos sin detenerse a pensar en las consecuencias, es también un aspecto positivo si se trata de emprender proyectos donde el miedo a lo desconocido podría ser un impedimento.
  • Impaciencia: Siempre buscan una actividad que realizar y mantenerse ocupados en algo.

Evita decir:

No te pongas así.

 

Está así porque no se tomó la pastilla.

 

 

Ya no sé qué hacer contigo.

 

 

 

 

A él lo tratamos diferente porque no es igual a otros niños, él es especial.

Su conducta no es una elección, por lo tanto no sabe cómo actuar de otra forma.

Asumir frente a él que su conducta se debe a la pastilla, puede predisponerlo a actuar de manera impulsiva y agresiva, justificándose con la ausencia de medicamento.

Aunque es normal sentir que una situación nos rebasa y frustrarnos al no saber qué hacer, es importante mantener la calma y evitar frases que lo hagan sentir como un niño incontrolable. Como adultos, debemos brindarle seguridad y la confianza de que puede mejorar y que estaremos ahí para ayudarlo.

Su cerebro es el que funciona diferente y sus compañeros ya lo saben; sin embargo, ponerle reglas o límites distintos a los de sus compañeros puede generar conflictos entre ellos y fomentar que lo excluyan. Todos son niños y niñas, por lo tanto gozan de los mismos derechos; pero también las mismas obligaciones, porque todos son capaces de cumplir con ellos.

La mejora dependerá en gran parte de la red de apoyo que se forme entre todos los adultos que intervienen en su crianza del niño o niña. Si todos los implicados conocen la misma información e intervienen de formas similares, él se sentirá apoyado y confiado en que quienes lo rodean tienen la situación bajo control y estarán ahí para lo que necesite, de manera incondicional.