El consentimiento en la niñez.

Enseñar sobre el consentimiento es una parte importante en la educación de los niños y niñas. Puede ser enseñado a cualquier edad, porque se relaciona con ejercer nuestra capacidad para decidir. El consentimiento permite a los niños y niñas saber que su voz importa, que tienen opciones y que sus decisiones deben respetarse.

Enseñar el respeto básico al consentimiento en sus diferentes formas a través de pequeñas acciones, ayuda a los niños y niñas a entender cómo llevarlo a cabo en diferentes aspectos de su vida. Tal vez nos parezca un poco complicado, especialmente porque en generaciones anteriores no existía tanta información sobre derechos y necesidades de la niñez. Entonces podría parecer difícil enseñar a los niños y niñas sobre consentimiento, si no es algo que hayamos vivido en nuestra propia infancia. 

Así que quisiera compartirles 5 ejemplos de situaciones cotidianas donde podemos poner en práctica el consentimiento todos los días de manera muy sencilla, pero efectiva.

  1. Pedirle permiso para usar sus cosas. No importa si no lo usaremos, lo importante es que identifique que nadie puede tomar lo que no le pertenece. Ni siquiera los adultos.
  • ¿Puedo usar tu mochila hoy?
  • ¿Le prestas tu muñeca a tu prima?
  • ¿Me compartes de tu jugo?

 

  1. Preguntar antes de actuar. Consultarle para saber si está de acuerdo con acciones nuestras que lo involucren.
  • ¿Puedo darte un abrazo?
  • ¿Está bien si le cuento a tu abuela lo que me dijiste ayer?
  • ¿Me puedo sentar junto a ti?

 

  1. Hacerle saber que es válido decir que “No”, cuando no se siente cómodo.
  • Entiendo si no quieres jugar con ellos hoy.
  • Está bien si no quieres darme un abrazo.
  • Si ya no tienes hambre, lo guardamos para más tarde.

 

  1. Mostrarle que siempre tiene opciones seguras de donde elegir.
  • ¿Quieres saludarme con un abrazo o chocamos las manos?
  • ¿Quieres que me quede aquí o te doy tu espacio?
  • ¿Quieres contarme lo que pasó o prefieres que sea más tarde?

 

  1. Demuéstrale que pedir el consentimiento es un proceso continuo y que puede cambiar de opinión cuando lo desee, según las emociones y sensaciones que esté experimentando.
  • ¿Todavía quieres seguir jugando a las cosquillas o ya no?
  • ¿Aún estás cómodo con el abrazo?
  • ¿No te lastima la forma en que te cepillo el cabello?

Si los niños y niñas interactúan con adultos que respetan sus límites, les consultan antes de decidir, les involucran al establecer acuerdos, escuchan su opinión y validan lo que sienten… será esa la mejor forma de aprender sobre consentimiento.

Además, también es un aprendizaje que previene riesgos. Empezamos aprendiendo a que nadie debe abrazarnos sin nuestro consentimiento y de esa forma podemos entender que ninguna parte de nuestro cuerpo se puede tocar sin nuestro permiso. Por eso es tan importante trabajarlo poco a poco, lo antes posible. Y que todos los adultos del entorno lo entiendan y lo apliquen sin excepción.

La mejor parte es que es un aprendizaje en dos direcciones: ellos lograrán respetar las decisiones y límites de los demás, a la par del respeto a sus propias decisiones y límites.

Colaboración de Cerebro Pleno:

Por: Lic. Mónica Rodríguez. Psicopedagoga y creadora de contenido